ARMANDO UN JARDÍN EN CUARENTENA
Como sabrán los que siguen mis stories me he retirado a hacer la cuarentena al campo. Agradecida de tener esta posibilidad de la vida me estoy dedicando a experimentar con las cosas que tengo alrededor y de debo confesar que nunca tuve tanta materia prima para entretenerme como ahora.
Mi primer hazaña fue reciclar una bañera vieja y transformarla en un macetero gigante. Los pasos fueron los siguientes:
Primero la tierra, porque la casa de las plantas es lo más importante. Por lo que mezclé un poco de tierra común con bosta de caballos, le agregué un poco de cenizas que saqué del fogón y luego levanté un tronco para levantar algunas lombrices y sumarla a la tierra.
Primero la tierra, porque la casa de las plantas es lo más importante. Por lo que mezclé un poco de tierra común con bosta de caballos...
Deje reposar esta mezcla medio día para que se asiente y después transplanté algunas plantas que ya tenía pre brotadas o en macetas más chicas. Cubrí toda la tierra con un poco de pasto seco que tenía de la poda y después implementé un corral protector para salvarla de los caballos salvajes que andan en la vuelta.
Desde entonces las plantas vienen creciendo muy bien y contentas, y de momento no he tenido que regar porque los cielos nos han regalado una hermosa lluvia.
Ahora solo queda regarlas y alimentarlas con bosta periódicamente hasta que crezcan. Es clarísimo que todos esto elementos son difíciles de encontrar en la ciudad, pero todos aquellos que tienen estufa de leña pueden recoger sus cenizas, en vez de bosta de caballo se pueden meter desperdicios orgánicos de nuestra cocina diaria y las lombrices las podemos comprar en internet si así lo deseamos. Asi que cuestión de encontrarle la vuelta y reciclar todo lo orgánico que tenemos a nuestra mano. Suerte y después me cuentan como les fue...